Esta columna fue publicada originalmente en IFM Noticias: ¿Lectores o creyentes?
Léela aquí: https://ifmnoticias.com/opinion-lectores-o-creyentes-por-andres-felipe-molina-orozco
En este espacio comparto lo que no cupo en la columna: el contexto, las motivaciones, algunas referencias y un par de preguntas que siguen sin cerrarse. Este blog no repite: expande, comenta y deja abierta la conversación.
¿Por qué escribí esta columna?
- Porque me incomoda lo que estamos empezando a normalizar como “lectura”.
- Porque veo, cada vez más, que lo que triunfa no es lo que exige pensar, sino lo que reafirma sin cuestionar.
- Porque creo, profundamente, que la lectura sin pensamiento es una forma elegante de anestesia.
Esta columna nació de la inquietud que sentí al revisar el ranking de libros más vendidos en español. No por desprecio al lector, sino por respeto al pensamiento.
“La pregunta no es si la gente está leyendo. Es si estamos dejando de pensar mientras lo hacemos.”
“La lectura que hoy domina el mercado editorial no cultiva pensamiento crítico. Cultiva adhesión emocional. El lector deviene creyente. No busca comprender el mundo, sino sentirse mejor dentro de él.”
Lo que no cupo
Varias conversaciones he tenido después de la publicación de la columna. Algunos se sintieron aludidos. Otros agradecieron el sacudón. Uno me escribió algo que me marcó:
“Hace años no leo algo que me haga cerrar el libro y quedarme en silencio.”
Eso. Eso es exactamente lo que espero de una buena lectura: no que guste, sino que incomode con dignidad. Y sin embargo, muchas cosas quedaron por fuera de la columna por cuestión de espacio o de edición. Algunas las comparto aquí:
La industria editorial no es ingenua
Los rankings no son solo termómetros. Son estructuras de deseo. Nos dicen qué se vende, pero también nos entrenan en qué buscar. Y en esa lógica, lo emocional siempre gana. El pensamiento complejo no escala. La lucidez no es viral.
Lo emocional no es el problema. La hegemonía emocional sí.
No estoy en contra de sentir. Estoy en contra de que sentir sea la única forma válida de leer, aprender, comunicar o enseñar.
Leer también debe doler. Debe incomodar. Debe dejar preguntas que arruinan la comodidad, pero salvan el criterio.
Lecturas que me formaron
Hay autoras y autores que marcaron esta reflexión y que no pude pasar más allá de solo citarlos en la columna publicada. Aquí los comparto como una forma de transparencia intelectual:
- Byung-Chul Han: sobre positividad tóxica y domesticación emocional
- Maristella Svampa: sobre la privatización de los sentidos en contextos desiguales
- García Canclini: sobre la necesidad de narrativas para formar ciudadanía crítica
- Maryanne Wolf: sobre cómo la lectura digital está alterando nuestras capacidades cognitivas
- Rivera Cusicanqui: sobre la sospecha amorosa como forma de lectura crítica
¿Y tú?
¿Lees para reafirmarte… o para desmontarte?
¿Buscas sentirte mejor… o comprender mejor?
¿Te atreves a leer lo que no encaja con tus ideas favoritas?
Y si algo te incomoda, aún mejor. Esa es la señal de que estamos pensando.
Nota
A partir de ahora, todas mis columnas se publicarán primero en IFM Noticias cada sábado. Este blog no será espejo. Será cuaderno de bitácora. Aquí compartiré lo que no cupo, lo que se viene, y lo que sigue abierto.
Gracias por estar aquí. Por leer, incluso lo que no es cómodo. Y por defender (con pausa y criterio) el acto de pensar en voz alta.

